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Multimedia y los nuevos horizontes de la escena.


A lo largo del desarrollo de la historia universal de las artes, el teatro se ha nutrido de los avances tecnológicos, en pro de alcanzar el mayor realismo en sus ambientaciones y así lograr la fascinación del público.


Desde la Antigüedad, -donde los griegos hacían descender colosales dioses mediante grúas o los romanos hacían caer montañas e inundaban el escenario con la aplicación de la ciencia hidráulica-, los creadores escénicos se convirtieron en pioneros de esta exploración, al hacer alarde de sus recursos y aplicar las diversas tecnologías con las que contaban. Varios siglos después, -y a partir del surgimiento de la ópera, como fenómeno aglutinador de las todas las artes-, ésta se convirtió en el referente que desde entonces ha marcado las tendencias del desarrollo escénico de cada época, por más de 400 años.


Inicios de la multimedia

En la época moderna, desde principio del siglo XX, la multimedia ha marcado la pauta para proyectar en muchos aspectos a la ópera y al arte escénico. Fue a través de las audio grabaciones, con la aparición del fonógrafo, cuando la voz de un cantante de ópera, el gran Tenor Enrico Caruso, pasó la prueba de este gran invento.


Más adelante, estos recursos de audio serían utilizados a través de técnicas de reflexión sonora para reforzar la audición de los cantantes, cuando los grandes teatros de ópera superaron por mucho los aforos de los antiguos espacios. Diversos teatros, como la Metropolitan Opera House de Nueva York, tuvieron que valerse de estos avances tecnológicos a partir de mediados del siglo XX.


Ahora bien, es importante apuntar que la tecnología como tal, -dentro de la infraestructura teatral-, ha venido aplicándose de manera paulatina en el concepto final de una puesta en escena. Sin embargo, es hasta mediados de la década de los años cincuenta y finales de los setenta cuando se da un profundo cambio y transición hacia la digitalización. A partir de esta etapa, es cuando comienzan a surgir y consolidarse las nuevas tecnologías, y el uso de la multimedia comienza a convertirse en la panacea de la modernidad escénica.


Hoy en día, la tecnología en el arte escénico es, cada vez más, algo imprescindible. Los teatros bien equipados cuentan con tecnología capaz de generar atmósferas en tiempo real y con una definición pasmosa. Estos espacios modernos se sirven ahora del uso de pantallas Led, video proyectores, cicloramas de alta reflexión, utilería automatizada, e iluminación robótica, así como programas capaces de controlar toda esta infraestructura. Con ellos es posible diseñar increíbles escenarios virtuales, telones de fondo vivos, además de aplicar el maravilloso recurso del video mapping, -sofisticado, pero amigable medio con el que, a través de la video proyección de alto lumenaje y una delineación digital del mismo reflejado sobre sencillas superficies corpóreas en el escenario-, es posible realizar una transformación total de un "locus" escénico a otro, con un sólo “click”.


En muchos sentidos, la multimedia ha significado toda una revolución para la producción escénica. Si bien es cierto que ésta no genera corporeidad y ocasiona complicados acuerdos creativos en el proceso de la iluminación, también se convierte, hoy día, en la opción más viable y práctica. Las bondades que ofrece en la optimización de la mecánica teatral, montajes en tiempo record, fácil transportación y almacenaje, abatimiento considerable de costos de producción, así como en la parte artística, -donde el realizador puede generar atmósferas y temporalidad reales-, la han transformado, definitivamente, en un medio ideal para la creación escénica, y a su vez, establecer acciones escénicamente orgánicas, así como reproducir los elementos aire, tierra, fuego, a través de la pantalla interactiva.



En definitiva, sin tener que prescindir de las formas tradicionales del arte escénico, hoy se cuenta con un abanico más amplio de posibilidades creativas, que pueden hallar en la tecnología a una gran aliada y una importante área de oportunidad para la producción en los escenarios.


Rafael Blásquez

Cantante de ópera y artista multimedia

Monterrey, Nuevo León, a 12 de agosto de 2020.

 

Rafael Blásquez

Egresado de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y de la Facultad de Música de la Universidad Autónoma de Nuevo León, inicia su labor de producción operística en 1992; desde entonces ha realizado una importante labor de promoción de este género mediante la presentación de conciertos y puestas en escena, actividad que lo ha llevado a la tarea de mejorar recursos en la producción. De estos destacan los elementos virtuales, diseños y opciones escenográficas cuyo propósito es poner la tecnología al servicio del arte escénico mediante creativas secuencias en tiempo real, utilizando herramientas de video, fotografía, diseño gráfico y animación 3D que lo han llevado a realizar más de 40 títulos de ópera, Zarzuela, Danza clásica y contemporánea. De esta labor destacan múltiples realizaciones virtuales en el Palacio de Las Bellas Artes, Auditorio Nacional, así como en los principales Teatros y museos de México, Argentina, Francia y España.

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